Si nos preguntáis si merece la pena la inversión en el aislamiento de fachadas por el exterior (SATE), sin dudarlo os decimos que POR SUPUESTO. Aparte de renovar estéticamente la fachada y dar un amplísimo abanico de acabados, el confort y la sensación de bienestar que se sienten en el interior y el ahorro energético (tanto en verano como en invierno) son dignos de tener en cuenta. Con este sistema se consiguen temperaturas equilibradas todo el año.
Ahora que estamos tan concienciados con el consumo y la pobreza energética y con la contaminación que su uso produce, con este sistema estamos contribuyendo a reducir tanto los gastos en calefacción y aire acondicionado como la polución que generamos al Medio Ambiente. Y ni que decir tiene la mejora para la salud que esto produce. Pero además, al disminuir el uso de fuentes de energía, se consigue un clima en el interior mucho más saludable para alegría de todos y especialmente para los alérgicos y los niños, más sensibles a las condiciones ambientales. Se reducen las humedades, los ambientes excesivamente secos causados por la calefacción, las condensaciones (ya que este sistema es impermeable pero permite la difusión de vapor de agua que se produce en el interior)…
Y por último, no podemos dejar de mencionar que el SATE aporta una protección duradera a la fachada ya que funciona como un abrigo, con lo cual no queda ningún rincón de la vivienda sin proteger y evita los cambios bruscos de temperatura, así previene la aparición de grietas y, como ya hemos dicho, condensaciones.
Comentarios (0)